sábado, 29 de diciembre de 2007

veintiocho minutos



En una canción de veintiocho minutos, entretejo mil y una historias
Mil y un mandamientos de las diferentes estaciones de melodías ocupadas en compases parlantes en las gargantas de gatos morados en la cima de los árboles de mis sueños.
Entre los veintiocho minutos de una canción, mil y una historias pasan sobre mi corazón; sobre el armonioso príncipe que conquisto mis vastas tierras, llenándolas de anhelos, de frutos y bellezas.
En los veintiocho minutos de una canción la lluvia caía caudalosa sobre mis ojos, así como en una pintura el diluyente la disolviera, así como lo hacen mis recuerdos en las largas y oscuras noches.
Y así
Entre la más larga sonata, mi corazón corre agitado detrás de tu sombra y juega así como la magnifica pintura que es.
Entre los veintiocho minutos de esa canción jugué con tu nombre entre mis cabellos
Para así guardarte en mis sueños, Para consentirte en los mas pequeño de los deseos.
Para vivir los latidos mas grandiosos que se han escuchado.

Entre la batería de los veintiocho minutos de canción mi rostro se vio jugado, como las estrellas chillonas en el verde de tus ojos.
En los veintiocho minutos de la canción me perdí como un conejo en su bosque, jugando en sus entrañas.
Si, me perdí

Me perdí como un demente buscando su cura.
Rompiendo las hojas en el suelo, desmemoriándome en el más grande orgasmo de felicidad.
En esos veintiocho minutos de una canción, te encontré, me encontré, nos encontramos.


Veintiocho minutos de la sonata más maravillosa que pude escuchar en toda mi existencia. Donde los destellos de luz bailaban juguetones entre las ropas, y el olor a madera pura brotaba de nuestras pieles.
Es en ese momento donde los veintiocho minutos de una canción se me hiso la vida eterna contigo donde pude ver al fin nuestro futuro, nuestras grandes pasiones.

Donde por fin llegamos a la luna en esa grandiosa calabaza con retazos de satín en la raíz, en donde nos afirmábamos en el manubrio de bicicleta de los años veinte.

Y así fue, en donde pase veintiocho minutos de una canción recostado en mi habitación donde pase el resto de mi vida contigo.

Te amo, y no dejo de esperarte

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