viernes, 13 de noviembre de 2009


No, hoy quizás no.

Una terapia sobre la mesa, junto a la leche con chocolate que me gusta tomar. Mis lágrimas aguantadas en los ojos me borran la memoria amarga del día.

Creo que hay algo que se pueda hacer por mi caballero, por que quiero fuera de mi al señor Klaus, y por primera vez en mi vida veo q me consumo de verdad en una maravillosa y oscura forma. Preguntando cuando, donde y como será el día de mi muerte, el día en donde la sangre se me marchite como las flores que odio.

Señores cuéntele al pueblo que mi vida es un libro de millones de páginas, miles de historias secretas y cuerpos en mí, conozco mares y desiertos, montañas y minas. Pero me apena saber que no conozco la gran bóveda que se encuentra en mi alma.

Señores mi terapia seria el silencio, mi terapia seria el llorar hasta secarme como el Sahara.

Frente a mi se encuentra mi cigarro esperando tranquilo a que lo consuma, mis llaves a su lado, mientras miro acongojado al gran pingüino que me mira… soberbio, con sus aletas cortas de gran alcance. Dice que es el rey de mi habitación y que vale más que yo.

No señores, hoy quizás no.

No será el día en que mis manos sangren de ironía, no será el día que esparza mi monologo idealista. Hoy solo quiero aire, solo quiero cantar, algo de llanto y cigarros.

Quiero despojarme de mi reinado, quiero despojarme de mis ropas. Quiero que el humo sea las líneas en donde se crea mi música, que mi boca se abra para liberar las mariposas de patas largas y los elefantes de arcoíris

No hay comentarios: