Y era ella, la reina.
La idiota de tacos terciopelo
De lápiz labial carmesí.
Con aquel vestido azul apretado por el corpiño de piel de vaca
Con cuello abanicado de encajes de la india; combinados con su
larga y arrogante corona.
Los mareos, las angustias que ahogaban sus venas bajo las
cicatrices, sus ojos inundados en la pintura turquesa de sus pupilas,
almendrados y tristones bajo sus cejas esfumadas con la pintura de sus cuadros.
Las penas de su esquelético cuerpo
Los años infinitos en su memoria.
El retrato perfecto para un regalo de cumpleaños.
Quisiera sacarme la rabia, después de sacarme los zapatos, de
mirar mis tacos aguja y mi cartera tirada en el suelo, quisiera comer algo más
en aquella noche vacía donde los cigarros y el sexo fueron mi único alimento.
Quisiera ser la reina, el rey y el pueblo en armonía viviendo el día a día,
pero cada elemento hace sentirme vacío, perdido y sin hambre de vida.
Ya la música no me llena, ya el odio no me llena y sigo con
pastillas de rojo carmesí embetunadas de felicidad falsa. Recreando el sonido
de los pájaros en la noche, trayendo de vuelta el atardecer y esos olores de
hambre
Mientras deseo no despertar ya que ahí es mas seguro que afuera,
es mas bello que afuera. Donde las penas son más fuertes, y destruyen cada
segundo de aquella verdad que trato de construir.
Y es en ese cuerpo de reina amarga en donde me refugio, es ahí
donde mi carisma y mi felicidad se pierden como una pestaña postiza se pierde
en un pajar. Juguetona se esconde como encanto por conocer bajo la manta de
amargura que invade mi alma.
A esta hora es donde ya no se que reina ser y que joven príncipe
ser, ya que la cartera de diamantes esta en mi mano izquierda y mis zapatos de
travesti arrepentido están a mi lado en la alfombra roja de sangre están
tirados ahí, con ese corte de príncipe valiente, con esos ojos acongojados, con
los labios perdidos en el sabor a pastilla.
Feliz por siempre, siempre vivo.
1 comentario:
te adoro.
nos vemos el sábado.
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