jueves, 22 de julio de 2010


un pie, dos pies. sentía mi peso presionando un viejo árbol. su corteza eran mis arrugas
no podía divisar el cielo, las hojas cantando no me dejaban ver.
escalar...es lo único que quiero, quiero cielo, quiero paz.
entre las puertas encontró un cadáver en su memoria.

blanco y negro...tic y tac. las paredes crecían vírgenes ante mi presencia, castas, lisas, entre ellas espejos como flores florecían celosas entre ellas. cortándome la piel. gritando en mi odio. tengo ganas de comerme las uñas, de cortarme el cuello, de mirar al suelo. de gritar lo siento dentro de esas oscuras paredes.
y están ellos, los dueños de mis sueños, mis dos corazones.

y ahora sueño. que todo es lo mismo. que nada ha cambiado. la piel negra....las uñas polvorientas....el sueño pesado.
mi estomago se come mi cuerpo.

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